Resorte es una revista digital argentina de historietas, ciencia y técnica, publicada de forma gratuita y sin fines de lucro. Su espíritu nace del amor por la clásica revista Lúpin, que durante 40 años acompañó a varias generaciones de lectores con humor, imaginación, conocimiento y valores.
Pero Resorte no es una réplica ni una pieza nostálgica: es una publicación nueva, que retoma personajes clásicos creados por Héctor Sídoli (como Resorte, Saltapones o Bicho y Gordi) y los proyecta hacia nuevas aventuras. Al mismo tiempo, suma contenidos originales, como cursos técnicos, notas de divulgación y colaboraciones de lectores.
El nombre de la revista es el de uno de los personajes más queridos de Sídoli, un adolescente creativo, travieso y lleno de inventiva. Cuándo allá por 1966 Guerrero y Sídoli planeaban lanzar la revista Lúpin, uno de los nombres que se barajaron fue "Resorte". También representa la energía acumulada de un proyecto que venía soñándose hace mucho tiempo, hasta que un día saltó hacia adelante con toda su fuerza (pronto les contaremos como se gestó la revista Resorte).
Claudio Avi Chami (Chclau) es el Coordinador General del proyecto. Lo acompaña Mr. D*, que escribe, corrige, debate y sueña junto a él. Juntos forman el “dúo electrodinámico”.
También participa Víctor Leali como asesor de contenidos. El proyecto cuenta con el permiso expreso de los herederos de Héctor Sídoli para usar sus personajes y continuar el legado. Es por eso que nos enorgullecemos en contar entre los que hacemos a Resorte a Osvaldo Sídoli, uno de los herederos de Héctor y Presidente de la Asociación Civil Héctor Sídoli.
Para más detalles, se pueden dirigir a la sección Quiénes somos.
A los que leyeron la Lupín y les da un vuelco el corazón al ver la revista Resorte.
A los que nunca lo conocieron, pero disfrutan de las aventuras bien contadas.
A quienes alguna vez soñaron con construir un avión de papel, un robot que salte o un transmisor de AM con piezas recicladas.
A las nuevas generaciones, que no necesitan mirar al pasado con nostalgia, sino con asombro.
Porque durante años hubo gente esperando algo así.
Porque una historieta puede despertar una vocación.
Porque una nota técnica puede encender un proyecto.
Porque una carta de lector puede cumplir un sueño de juventud.
Y porque mientras exista alguien dispuesto a dibujar, restaurar, escribir y compartir… el hangar de Resorte seguirá encendido.